Recorriendo la autopista de las Serranías Puntanas desde la capital provincial y hacia el sur, surgen las Salinas del Bebedero,
lagunas salubres que en épocas invernales mutan en un increíble desierto albo cuya superficie cubre 5 Kilómetros de ancho por 15 de largo, con un metro de sal acumulado.

En sus cercanías las Termas de Balde ofrecen sus excelentes aguas sin rastro de contaminación pero con importantes propiedades terapéuticas;
y un tanto más al noroeste las Termas de San Gerónimo incorporan sus beneficiosas aguas a este itinerario, conduciendo a los turistas
hacia la satisfacción provista por sus facultades tónicas, reconstituyentes y vitalizantes.